El camino de nuestro colegio se inicia a comienzos del siglo XX, el 1 de febrero de 1903, cuando los vecinos de esta villa solicitaban a la R.M. Valentina Ibirícu, Superiora del Convento Escuela de Santa Fe, un Convento de la Enseñanza para la educación de sus hijas.
Eran tiempos de crecimiento demográfico, económico y cultural en la villa. Personas de mente abierta y visión de futuro, como el alcalde Don Juan Delgado Bruzón, entendían que sin la instrucción y formación de la mujer, no se podían soñar transformaciones sociales basadas en la dignidad, la libertad y en la posibilidad de un lugar humano para cada hombre y mujer del pueblo.
Sintonizaba, posiblemente sin saberlo todavía, con los sueños e intuiciones que movieron a Juana de Lestonnac a fundar la Compañía de María en 1607.
En el inicio había ilusión pero faltaban recursos económicos. El entusiasmo apostólico, la osadía y la capacidad de riesgo de las religiosas con el apoyo de diferentes personas seglares hicieron posible que un 12 de octubre de 1904 se iniciaran las clases.
Llegadas desde Santa Fe, la madre Dolores Moliner y la madre Teresa Cáceres, junto a la R.M. Valentina Ibirícu, tuvieron que buscar el taller, los hilos y otras manos para tejer y destejer en referencia siempre a un proyecto de Educación, basado en la misión de Juana de Lestonnac, para el bien del pueblo.
Releer la historia de aquellos inicios nos ayuda a entender la continuación del tapiz: Nuevas búsquedas de lugares apropiados para el taller, de hilos diversos y de manos dispuestas para trabajar en fidelidad al mismo diseño.
Pasados más de cien años desde su fundación, el colegio Compañía de María de Puente Genil se siente comprometido con el proyecto educativo de Juana Lestonnac. El mismo que un día nos entregó para que siguiéramos adaptando y tejiendo a lo largo del tiempo, tendiendo la mano.